No en el DF, no.
Te sigo como un perro
y tú duermes
yo galopo calles
a la luz de los semáforos
con mis ojos de recién nacido
Qué viaje, qué viaje
me duele el costado
mis costillas de perro
barrotes diamantados en hielo
soy de una tribu que no conoce miembros
los mapas se despliegan en la noche
como palabras que de repente, suenan.
Me gustaría platicarte del escampado de estas calles
pero no puedo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario