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martes, 17 de agosto de 2021

 Dos casi de la misma estatura



Sí fui inocente, 

entré con descuido al amor,

de un paso grande.

De inmediato gané el odio de los Capuleto

el odio al extranjero, la sentencia.

y casi ya no lo fui.


Perdí sangre, gané polvo, 

calles hostiles, imagen technicolor del mundo.

Pero durante tres noches hubo una leche protectora desde las estrellas 

unos brazos de árbol viejo

que eran cielo 

y finos dedos


Después comenzó la cacería, 

soltaron al perro alegre

nació la intermitente electrificada corona placentaria, 

la persecución a toda hora, a toda tarde, la era sin descanso.

Perdí un nombre y gané otro

perdí una piel y gané otra.

El mundo era un globo aerostático y yo era el alfiler fatal

Corrimos hacia tu consultorio

Corrimos hacia el patio en sombras

exprimimos el amor

corrieron los riachuelos ante los jurados de la noche

surcaron las mentiras en el aire fresco

se pulieron como el cuarzo en la superficie de la noche

                                             cayeron como cristales ingenuos

Latió nuestro carrete de la sangre

se movía escalones adentro de nosotros,  

tus mejillas estaban encendidas. Todo fue muy sangriento.


El pueblo de veces que te esperé en aquella esquina 

unidos por un hilo fino umbilical transparente pasadizo 

la noche de los ojos y las estrellas y dos

casi de la misma estatura Estás alto, dijiste,

te dije lo que yo te dije, no sé lo que te dije no recuerdo

no importa, pudo ser cualquier cosa.

Ahora soy como un lobo, y no tiene relevancia

salvo que los pelajes son hermosos.

Me puedo quitar esta piel en cualquier 

y dormir desnudos.

Escucha la barahunda; los toneles de los primeros carros,

los motores fríos entrando en calor y alejándose

lo que transcurre en tiempo presente 

los pájaros se despliegan de los cables 

como bostezo bala hacia el horizonte 

tus cabellos en la almohada,

un ovni, la ventana,

no estaba enamorado, 

era mi casa, el mundo.


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