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lunes, 2 de agosto de 2021

 Orgulloso de este cuerpo

que me ha llevado y me ha traído

demonio feliz ¿de cuántas se ha salvado? 

por los músculos o la estructura ósea no lo suficientemente valorada y sus vísceras juveniles.

Incluso hoy 

cuando creyó que los perros lo destrozarían 

lo han guiado.

Ahora que las piedras son más duras a los pies la cabeza hace dramáticos recuentos, 

es sólo el peligro de pensar. 

Nada grave, me señalan con su verde las hojas de los árboles.

Tantas cosas por decir, que la juventud debe estar más adelante y un tubo de órgano para el canto.


A dónde voy con este pedazo de poema,

a la ciudad no, por cierto, por lo menos no sin su cubierta contra el mundo de mi bolsillo.

Allá se deshacen como agua los poemas. 

Sólo hay un rumor que crece,

y el himno de confianza

de la pisada y extendida tierra

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