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jueves, 24 de febrero de 2022

Árbol nocturno

A nadie pide permiso para crecer                                                   

o qué impulsó el imán que pendulea en su punta

Cuestiones frente a un agotado Miro nocturno, más bien Chagall

¿hay una verdadera soledad 

(o es mi impresión) ahí en sus puntas?

Es de saberse que líneas abajo lo tocamos, lo palpamos

árbol con piel y lo más común

-lo que a veces ya ni miramos cuando cruzamos apurados por el parque-

pero existe una marca a cierta altura 

de un momento crítico

fue su trance   su rito de iniciación 

su baile macabro

de esa línea hacia arriba 

ya no sabemos nada

miércoles, 23 de febrero de 2022

Hay un leñador que habita otro campo, personal,

también es de pocas palabras

bajo su lengua se oprimen todos los conciertos

como estrellas 

bajo la cabeza de un buey 

en alta plena noche


Cuando alza el hacha 

el bosque alza la mirada

su sudor es la única medalla

por la que el tiempo le concede de nuevo territorio


 


Mi cuerpo está enojado 

y ya no puede ser de nadie

por esta ciudad 

que tampoco es mía


de noche sus bloques oscuros 

despiden señales silenciosas

y su piel casi roza con mi piel en la amenaza


Esta ciudad amante por obligación

me la imponen para vivir indeterminados años


 Hueso fino, háblanos de tu vasija

aprende a hablar con el tacto del adentro y el presente

Costal de huesos, ceremonia,

haz sonar la nota de violín.

Hueso fino, cuéntanos de tu vasija. 

se cruza un paraje de ciudad: 

Vengo del infierno lleno de humo. 

Ahora sí, Héctor, ahora que descansaste de tu mujer

que has ganado aplomo y vienes juvenil 

aunque también has muerto

buscarás a la mujer que te abandonó en plena enfermedad

y le declararás tu amor sin miedo, con total seguridad

lunes, 21 de febrero de 2022


                                                                       A Mariana



FRENTE A la muerte

negando su entrada en cuerpos ajenos

o su huido pertrecho sea azúcar en cuerpos queridos 

escarcha en mis mujeres amadas


Mientras ella duerme

bajo la sábana blanca 

mujer, cuando más adentra en la noche su figura

con sus talones de miedo en el río

su espalda marmórea

y su cuello despejado hasta el orgullo


me envuelvo en oscura capa

para que las olas negras se estrellen contra mí

Llené de sol mi paso en las ciudades

 Llené de sol mi paso en las ciudades



Llené de sol mis pies en la ciudad

corrí, me interné, me perdí ,

quise obtener la pluma de poeta

y las estrellas iban borrando mis palabras


Regresé a mi ciudad

amanecí con el cuerpo entero 

libre de anterior urdimbre

libre de las pesadas cuerdas

que germinan del ancla de la muerte


Llegué con el aire a descansar

puse mi espalda contra el césped,

todos estuvieron conmigo ese día,

comimos, nos abrazamos, nos quisimos.


Pero yo seguí corriendo hasta que escribí.