Imán
No suspendo mi lenguaje cotidiano
no me engalano con vocablos
que intercambien por cuentas de vidrio
No dejo de extender un lazo
un fino camino para invitar al visitante
una voz de casa, de bosque y piedras,
de balcones en verdad,
un silencio como cuerno solitario
apuntando al oído sordo de las nubes
a la estela de mujer en fuga
tras la avalancha de ciudades y ciudades
como si pudiera amanecer una sentencia
que turbe el sueño de los prófugos
Minuto a minuto, labro conjuros,
lanzo al aire amenazas que disperso,
seguro, orgulloso, magneto,
recorro mi terreno
seguro de que a alguien faltará mi corazón
Magneto de mi calle solitaria.
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