Hay un leñador que habita otro campo, personal,
también es de pocas palabras
bajo su lengua se oprimen todos los conciertos
como estrellas
bajo la cabeza de un buey
en alta plena noche
Cuando alza el hacha
el bosque alza la mirada
su sudor es la única medalla
por la que el tiempo le concede de nuevo territorio
No hay comentarios:
Publicar un comentario